Cada día los trabajadores de diferentes industrias se exponen a distintos peligros que podrían ocasionar quemaduras corporales graves o mortales. En el caso de una exposición a un arco eléctrico momentáneo, incendio repentino o salpicadura de metal fundido, la ropa de trabajo no resistente al fuego puede incendiarse y continuará quemándose incluso después de haber retirado la fuente de ignición. Las telas naturales sin tratamiento específico continuarán quemándose hasta que las mismas se hayan consumido completamente, mientras que las telas sintéticas no resistentes al fuego al quemarse se derretirán y gotearán, generando graves quemaduras por contacto a la piel.
Las estadísticas indican que la mayoría de las lesiones por quemaduras graves o mortales se deben a que la ropa del operario se incendia y continua ardiendo, siendo esta la causa de las graves lesiones.
El uso de indumentaria resistente al fuego proporcionará una protección térmica en el área de exposición. El nivel de protección generalmente se debe al peso y la composición de la tela. Después de haber eliminado la fuente de ignición, las prendas ignífugas se extinguen automáticamente, limitando el porcentaje de quemaduras corporales.
La resistencia al fuego es la característica de un tejido que hace que se extinga el fuego automáticamente al eliminar la fuente de ignición. Las normas establecidas por la industria varían de 100 mm a 150 mm (4″ a 6″) de longitud de carbonización máxima. Es muy importante que las telas ignífugas se autoextingan. Las telas que se extinguen automáticamente después de eliminar la fuente de ignición pueden reducir notablemente el porcentaje de quemaduras corporales y aumentar la posibilidad de supervivencia. Sin embargo, las mediciones de la extensión de la carbonización por sí solas no tienen correlación con la protección proporcionada por una tela ignífuga. La verdadera protección a los eventos térmicos se miden mejor mediante la comprobación de la resistencia térmica de las telas frente a exposiciones de peligros simulados, como la prueba de incendio repentino con maniquí o la prueba de desempeño térmico del arco, las cuales se realizan periódicamente.
La protección primaria; se define como la ropa que está diseñada a utilizarse para las actividades laborales donde es probable que exista una importante exposición a salpicaduras de sustancias fundidas, calor radiante y fuentes de llama. Un ejemplo de la indumentaria de protección primaria es el equipo para bomberos y los trajes aluminizados.
La protección secundaria está diseñada para el uso continuo en lugares donde pudiese haber una exposición intermitente a salpicaduras de sustancias fundidas, calor radiante y fuentes de llama.
Estos tejidos ignífugos se clasifican en dos grandes grupos:
- Tejidos permanentes: son aquellos tejidos ignífugos que no sufren ningún tratamiento especial, sino que son elaborados con hilos ya ignífugos mediante una modificación de sus polímeros. Su mayor ventaja es que mantienen la reacción al fuego de forma permanente.
- Tejidos con tratamiento ignífugo: son los tejidos ignífugos a los que sí se aplica un tratamiento de acabado para conseguir la reacción al fuego necesaria. Este tratamiento ignífugo de un uniforme de trabajo se logra mediante uno de estos procesos: reacción química, impregnación (por saturación, por absorción y a presión) o recubrimiento. El inconveniente que se muestra en estos casos es que con los lavados, el tejido ignífugo puede perder efectividad.
Tipos de tejidos ignífugos
Encontramos en el mercado distintos tipos de tejidos y fibras ignífugas. Los más usados en equipos de protección individual son:
la aramida es una fibra sintética robusta y resistente al calor. Expuesta a altas temperaturas, la fibra ni se derrite ni gotea. Es empleada en ropa de protección contra el fuego y el calor para bomberos, militares, policías y trabajadores industriales. Existen dos tipos de aramidas:
el algodón y las demás fibras celulósicas arden con facilidad al contacto con una llama. Es por ello que estas fibras son sometidas a un tratamiento que modifica químicamente el polímero y que les confiere las propiedades ignífugas y de protección necesarias para superar las exigencias de las normas EN ISO 11612. Ofrece una gran protección a las exposiciones de arco eléctrico, incendio repentino, metales ferrosos fundidos y soldadura.
es una fibra especial de viscosa con propiedades ignífugas conseguida a partir de la adición de un compuesto químico retardante de la llama. Su mayor ventaja: ofrece una protección ignífuga permanente y no puede ser eliminada ni por lavado ni por abrasión.
¿quieres saber qué equipo de protección individual ignifugo recomiendan nuestros asesores técnicos?
a todo tipo de tejido se puede tratar este acabado Ignifugo?
Hasta el momento solo conocemos prendas de algodón 100% a las cuales se les aplica esta técnica. Entendemos que en el caso de las prendas que contengan otro tipo de fibra como poliéster, no serían aptas para este tratamiento.
No obstante son prendas que ya vienen de fábrica con el tratamiento en sus tejidos, pasando un proceso minucioso para obtener las certificaciones necesarias.
Nuestra recomendación es siempre usar tejido inherente, ya que estos tejidos tienen las propiedades en sus hilaturas, sin perder dicha propiedad con el paso de los lavados (algo que ocurre con el tratamiento).
Agradezco la Información y estaré atenta a nuevos avisos y aprendizajes. Un abrazo y Bendiciones.
Muy valioso el aporte